La Nava, corazón de la Sierra de Huelva. Corazón de los navinos. Corazón de los que no hemos nacido en ella pero tenemos clavada nuestras raíces en su tierra y la infancia derramada por sus calles. Escuela con mis amigos, algunos ya ausentes, y con el maestro D. Manuel Alfonso Matellán, los partidos de fútbol en El Cristo, los baños en la ribera, sus huerta de peros y melocotones, sus fiestas de Virtudes y del Melocotón, las amistades de mi madre a las que visitábamos y nos relacionábamos como si fueran familiares, el honor y el orgullo de haber pregonado la Fiesta del Melocotón del año 2.013, mis vivencias, mis recuerdos, mis primos, mis tíos, mi abuela, mi gente...
Con dos humildes Sonetos quiero honrar a las personas mayores de La Nava que marcaron mi corazón y formaron y forman, una parte muy querida de mi alma.
Raiz del árbol que nutre la vida,
ancestros de los brotes que han
nacido,
patriarcas que todo lo han vivido,
años cuidando a su gente querida.
La pendiente que queda en la
partida,
tramo duro, tramo desconocido,
es una ayuda el saberse querido,
su lucha, por su gente es
compartida.
Han dado y siguen dando lo que
tienen,
han sembrado y cosecha han
recogido,
para este día y para los que vienen.
Cuantos seres que amaron ya se han
ido,
su recuerdo en el corazón retienen
pidiendo les ayude en el camino.
Un año ya que Pregoné en La Nava,
para la Fiesta del Melocotón,
con añoranza, nostalgia y emoción,
con mis navinos yo brindé con cava.
Con todos mis recuerdos mi alma estaba
y con su gente estaba el corazón,
sus calles, su ribera, mi emoción,
de las que mi vivencia sigue esclava.
Parte de mi familia ya partió,
lo mismo que ocurrió con los amigos,
con los cuales mi infancia convivió.
Pero el tiempo su camino siguió,
vamos quedando ya pocos testigos
de una infancia feliz que ya voló.
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