CON MI IMPOTENCIA CULPABLE.
Boquitas por el hambre precintadas,
ojos de interrogaciones preñados,
incomprensión total, abandonados,
la riqueza y bonanza, acaparadas.
Boquitas de esperanza anegadas
por la sed de los hombres, empeñados
en no ver sus sueños inacabados
ni que tienen que ser alimentadas.
Carentes de derechos y de justicia,
del bienestar han sido despojados
por tanta indiferencia y por codicia.
¿Podemos, pues, sentirnos sosegados
en este ficticio País de Alicia,
si en el mundo real son masacrados?
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