SONETOS
A
Los brazos de la Virgen de El Rocío
sostienen elevado al Pastorcito,
al Niño-Dios, en la Biblia descrito,
que vino a rellenar nuestro vacío.
Es agua que alimenta, nuestro río,
es maná recibido en Santo Rito,
es el calor, dentro del alma sito,
que por amor calentó nuestro frío.
el Niño-Dios, su madre necesita,
su humanidad, en ella descansando.
y siempre al rociero recordando
que el Fin lo tiene en brazos, en su
Ermita.
B
De Almonte eres, Rocío, Patrona,
como Madre de Dios te vitorean,
que el milagro los humanos lo crean
que entre todas eligió a tu Persona.
La marisma a Ti Reina te corona,
por tu aldea tus hijos te pasean
y en el fondo de sus almas desean,
que des tu Gracia a quién un rezo
entona.
La cristiandad ama tu advocación,
los rocieros están en el Camino,
el que los lleva hacia la adoración
de tu Hijo-Dios, Pastorcito Divino,
meta final de nuestra salvación,
sea por siempre ya nuestro destino.
Hace casi un siglo, en agosto de 1.915, mi abuela
paterna le dirigía una súplica a La Virgen de El Rocío
pidiéndole curara a su hijo sordomudo, para ella
enseñarle a rezar. En memoria de ellos escribo este
SONETO
Mi abuela te escribió que la
ayudaras,
que pidieras a Dios por su
Paulino,
mudo por la sordera con que vino,
para que Tú su rezo lo escucharas.
Que por su invalidez Tú más lo
amaras,
que le señalaría tu Camino,
para que siempre fueras Tú el
destino
en su mudez o con palabras claras.
La voluntad de Dios su Cruz le dio
y arrastró su invalidez de por
vida,
que el corazón de ella con fe
aceptó.
Más por desgracia el tiempo lo
rompió,
quedó su alma trastornada y
herida.
La muerte un hijo joven se llevó.
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